miércoles, 23 de octubre de 2013

La Ciudad Fantástica Que Se Hunde En La Mierda

Autor: Roos Morales

Con una pinta muy al estilo Roger Federer en Wimbledon, como diría mi amiga Jessica Majul, me dispuse en la mañana de hoy iniciar un trabajo periodístico con el cual pretendo crear conciencia y sensibilizar a los ciudadanos ante ciertas problemáticas sociales y culturales que nos afectan como ciudad. En compañía de mi cámara, decidí captar imágenes que evidenciaran la presencia de basureros satélites en la Avenida de El Bosque y el Mercado de Bazurto.




Para lograr mi objetivo, me subí a un caluroso “Metrocar” – empresa de transporte urbano-me senté en la incómoda y rígida silla y desde la ventanilla, a medida que avanzaba en el recorrido, observaba cada lugar invadido por la basura.

Me impresioné mucho al ver que toda la avenida que recorrí está asediada de desechos.
¡Parada! Le grité al chofer, y me bajé debajo del puente de El Mercado de Bazurto. La primera imagen que tuve en ese lugar fue la de un sujeto, por llamarlo de alguna manera, que estaba arrojando basuras en un lugar no apto para esto: la calle. Fuera de las canecas que lo rodeaban y que están destinadas para un uso específico.
Desde ahí, inicié mi recorrido fotográfico, con el fin de capturar el estado de inmundicia en el que viven muchas personas. Poco a poco fui adentrándome al centro de abastos, la zona más concurrida de nuestra ciudad, puesto que es allí donde realizan compras  de la canasta familiar un sin número de familias cartageneras.
El olor putrefacto que caracteriza la zona de abastos, aumentaba con cada paso que daba, solo tenía como opción respirar profundamente y mostrar un rostro amable, y así poder ganarme la confianza de los comerciantes. Cada paso que daba, estaba acompañado por una sensación de impotencia, ya que han pasado tan solo pocos días de la jornada de limpieza y este lugar luce como si nunca le hubieran pasado una escoba. Causa coraje ver a todas estas personas que habitan la zona, reflejando tranquilidad en sus rostros, dan a entender que la problemática no les afecta, que son felices viviendo en el letargo que han vivido durante muchos años.
Este conformismo de la gente, demuestra como los problemas sociales se han convertido en parte de la Cultura. Vivir en la miseria, se convirtió en una opción de vida para la gran mayoría de los Cartageneros. La gente se acostumbró a vivir en la basura, en la indigencia.
Observando la realidad del Mercado de Bazurto, y la Avenida Del Bosque, da muestra que las campañas de limpieza no es el camino para darle solución a la problemática. El Distrito en compañía de todas las entidades y organizaciones competentes debería implementar otro tipo de alternativas donde se le brinde participación al ciudadano y se les permita liderar campañas que generen un verdadero cambio. Educar nunca está de más; es importante la realización de proyectos desde la concepción educativa, inspirada en construir nuevas formas de gestión ciudadana y planes que conduzcan a una mejor ciudad.



La ciudad del mañana se construye reinventando la ciudad del pasado y diseñando ciudad en las fronteras de la ciudad actual”, ¿Cómo reinventarnos a Cartagena si la gran mayoría de sus habitantes se acostumbró a vivir en la miseria, en la basura? ¿Cómo reinventarnos a Cartagena si en sus habitantes no hay sentido de pertenencia? ¿Cómo reinventarnos a Cartagena si no se le brinda participación a sus habitantes y estos tampoco hacen el intento de velar por sus derechos?
Como van las cosas, la frontera en la cual diseñaremos a Cartagena, será la “MIERDA”. Una ciudad se construye partiendo de las necesidades de sus habitantes, pero en Cartagena las necesidades se convirtieron en opulencia, abundancia. En Cartagena cada día se hace más difícil decirle a sus habitantes lo que está mal, puesto que tomar la iniciativa y querer aportar a una nueva realidad, convierte a la persona en “sapo y metío”.
La muralla fuerte, –de la que habla Carlos vives en su canción la Fantástica –, construida por los Españoles para salvar a su gente, para cuidar su bandera; en la Cartagena actual ya no es mirada como una muestra de salvación, de libertad; la gran mayoría de sus habitantes opto por permanecer en la esclavitud.
¡Y si en El Mercado De Bazurto llueve, en la Avenida del Bosque no escampa! En el recorrido de vuelta a mi casa, me subí a una “moto taxi” iniciando el recorrido desde el sector de Martínez Martelo.

Ya en detalle, las imágenes seguían siendo más impresionantes, cada esquina estaba cercada por desechos, los separadores de dicha avenida se han convertido en un total basurero satélite, dándole una mala imagen al sector. Muebles, sanitarios, colchones, mesas, desechos de comida, escombros, restos de árboles cortados, inundaban casa zona. Rostros descarados de sujetos arrojando basuras en cualquier lugar, fueron comunes en toda la zona, demostrando su carencia de afecto por la ciudad y su poco sentido de civismo y cultura.

Causa dolor ver cómo nos sumergimos cada día más en el mundo de la miseria, de la indigencia, poco a poco vamos perdiendo nuestro papel como ciudadanos, permitiéndoles a los que tienen el poder que violen nuestros derechos. Es hora de hacer un alto en el camino y aportar nuestros hombros, nuestras manos e ideas, para la construcción de una nueva ciudad.

“Que Dios bendiga de verdad a Cartagena, para ver si llega a convertirse en la ciudad fantástica”.




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